22.5.13

Tras los pasos de Woody Allen

Al día siguiente, jueves, nos decantamos por Queens, ya que dicen que tiene el barrio chino más famoso de NY, incluso por delante del originario, en pleno Manhattan. Al bajar de nuevo al centro nos movimos esta vez por la zona este de Central Park, con parada obligada en los museos Metropolitan, uno de los más grande del mundo, y el Guggenheim. Me hizo ilusión entra en el hotel Carlyle, donde una vez a la semana toca el clarinete Woody Allen acompañado de su banda. Demasiados escondites exquisitos con olor a dinero a medida que te acercas a la parte alta de la Quinta Avenida.


La tienda Apple abre esta calle, como no podía ser de otra manera. La segunda de la ciudad después de la del Soho. Un cubo acristalado coronado por una sutil manzana te invita a bajar por una escalera que guarda una barandilla de 3 cm de grosor, de una pieza, perfecta anatomía de la arquitectura moderna. No tengo comentarios de lo vislumbrado dentro, ya que ni siquiera acabamos los últimos tramos de escalera. Salimos en dos segundos de aquel sótano insalubre lleno de forofos de Jobs jugando con sus aparatitos. Incluido un espacio dedicado al enganche de los más pequeños, para crear monstruos paranoides tecnológicos desde la más tierna infancia. Para huir al segundo.
Justo al lado, una tienda de juguetes de postín cuyo reclamo es el piano de la película ‘Big’, protagonizada por Tom Hanks. Dos pasos más allá me pareció recrear a Audrey Hepburn delante de Tiffany’s. Apenas recuerdo nada más de todo lo visto después en la Fifth Avenue. Eso sí, era Pascua, y entramos en una iglesia a escuchar a los reverendos.

 

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