10.10.05

Frio

Foto de Marcelo Soria
Necesitaba una foto para reflejar el invierno. Marcelo, no me denuncies por tomar tu imagen prestada. Siempre he querido presumir de amigos artistas y no hay nada mejor que este método para hacerlo...
La nieve me ha dado momentos muy bonitos en mi vida. Los primeros copos en la infancia, cuando apenas cuajaba en el camino que llegaba a la escuela. Años más tarde, con mi hermano mayor, cuando mis padres nos llevaban a la sierra madrileña a tirarnos en trineo por el bosque totalmente cubierto de blanco... pero desde luego, la mejor experiencia la pasé en el pais de la noche eterna, del sol de medianoche, de los huskies y lapones: Finlandia. Esta foto está tomada en Tampere, segunda ciudad más importante del país, por eso tiene doble valor. Me acuerdo la primera vez que vimos nevar alli, un amigo maño creia que los copos debían ser como los de los dibujos animados, más grandes y redondos. Yo sólo veia como poco a poco se iba formando un manto sobre el suelo que me recordaba a la arena de la playa, suave pero fria. Después de caerme sin querer dos o tres veces, acabé haciéndolo a propósito, de espaldas, para terminar moviendo los brazos arriba y abajo aún en tierra firme. Jamás pensé que la nieve pudiera ser tan bella, cuando había tanta y tan limpia, totalmente en sintonía con el medio ambiente, con los bosques, las hojas, las riveras de los ríos y lagos, protectora del hielo... No se podía salir con máscara de pestañas cuando nevaba porque si se derretía, tu cara podía acabar hecha un cuadro.

Sin rumbo


Me siento atormentada por pesadillas de desesperación, kilómetros y kilómetros de carretera que no llevan a ninguna parte, un calor asfixiante en medio de la estepa, apenas un hilillo de agua corre por un lado del asfalto, no me sacia, cuando intento mojar la lengua parece que se hunde sin dejar rastro, quiero más, quiero llegar a algún destino y quiero encontrarlo antes de desfallecer, pero no hay nada, solo soledad y desesperación y sigo caminando de rodillas, con hordas de mosquitos sobre mi cabeza, los buitres parece que quieren verme morir para abalanzarse sobre mi cuerpo inmóvil. Ya no puedo si quiera abrir los ojos. Increíble que no exista nada ni nadie en varias millas a la redonda. Justo ahora han encontrado el oro bajo las piedras y corren a gastárselo antes de que se derrita. Un alma en pena no pide nada, solo quiere que se apague el sol, que la oscuridad traiga lluvias y que se inunde el mundo, que todo lo que la humanidad ha creado en estos milenios se destruya al instante. No hemos conseguido más que hacernos daño y fomentar odios, y poner a la naturaleza en contra nuestra, por eso esta vez se la va a devolver hasta el cataclismo. No habrá tiempo para lamentarnos, llevamos toda la vida llorando y ya está bien de compadecerse, volveremos al lugar de donde nunca debimos salir, polvo somos y al polvo volveremos.