8.7.11

Indignados + cabreados

El pueblo ha hablado, y lo ha hecho en dos vertientes. Como siempre la España de las dos caras, de los dos bandos, de la separación. Sistemas de autogestión y pequeñas autarquías invaden las plazas de nuestras ciudades.  Microorganizaciones perfectamente estructuradas se desarrollan en la más absoluta neutralidad política y en defensa de los derechos sociales en la ciudadanía, tal y como debería ser y como se concibió la constitución, no sólo española, sino la de todos los sistemas democráticos del mundo.


 (Compostela, maio 2011)

Banderas que ondean delante de la calle Génova, un mapa teñido de azul, incluso en aquellas comunidades y villas salpicadas por la corrupción y el pillaje. Estamos ciegos, y manipulados, ya lo decía Jose Luis Sampedro, somos borregos delante de los medios de comunicación, alienados ante mensajes de líderes que no nos representan, que no quieren, que desean únicamente su beneficio personal y que practican el “tonto el último”. Ellos sí que son listos, se enriquecen a costa del trabajador honrado y encima salen reforzados por mayoría. Somos imbéciles de remate. Cada uno recibe lo que merece.

Algo huele a podrido en Dinamarca, afirmaba Hamlet, el héroe shakesperiano por excelencia, en un ambiente de hostilidades y envidias auspiciadas por la caza de poder y la ambición. Y algo tiene un olor inmundo en todas partes desde que comenzaron las revueltas populares en diversos puntos del planeta. 2011 marca un hito en la historia de los movimientos sociales. El 12 de marzo, la Generación ‘á rasca’ sale a la calle en Portugal impulsados por Deolinda. Mucho antes comenzaron las revueltas en los países árabes: Túnez, Marruecos, Libia… Hace tiempo que los ciudadanos islandeses hablaron en defensa de sus intereses, y los banqueros acabaron en prisión.

 
 (Compostela, maio 2011)

La falta de perspectivas para la juventud es sólo el germen de una protesta que va más allá. Muestra las dos caras de la democracia, y la de la sociedad civil está muy vacía. Sin trabajo, sin casa, sin futuro, sin ilusión, sin esperanza y sin representación. Y no sólo es un movimiento de menores de 35 años. Toda la sociedad está representada, porque  ya es hora de decir Basta ya, de que paguen siempre los mismos, y de que este país siga siendo una república bananera liderada por cuatro listos que permanecen impunes ante los atropellos a la sociedad. 

Se está demostrando que el movimiento 15M no ha muerto tras las elecciones, sigue más vivo que nunca y ahora es el momento de continuar apoyándolo. Porque lo mejor de todo ello es el pensar que sí podemos conseguirlo, y lo estamos haciendo. 


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ojalá 'indignación' se transforme en 'evolución'.
Me encanta tu trabajo, sigue así. D.

Carlos dijo...

En Islandia tamén desplazaron nas eleccións á alcaldía a Reikiavik aos partidos tradicionais, algo que aquí parece impensable.

A proposta que penso que se tería que facer sería responsabilidade civil ou penal (segundo o grado da fechoría) para os cargos políticos.
Coa corrupción totalmente aceptada polo pobo será difícil cambiar esa mentalidade e máis aínda con recortes en educación. Sobre os medios de comunicación, moitísima xente so escoita/le/ve o que está desexando oír. Outro erro grave de mentalidade.

A canción de Deolinda é marabillosa.

Mireia S. Quinteiro dijo...

Grazas polo comentario Carlos, da gusto comprobar que aínda queda algo de conciencia crítica. Cando queiras déixote os CDs, ;-P