30.12.08

Pesca de bajura

El destino se les plantea a muchos como una marca en el horizonte que nunca llegan a alcanzar. Una proa que se abre al mar y que nunca llega a puerto, por la lógica aplastante de que la tierra es esférica.
(Dedicado a Esther y Carlos, gracias por compartir bocados de realidad, os deseo toda la suerte del mundo)

Yo siempre he visualizado mi futuro como un regordete pez payaso, con labios carnosos, que se me escurre entre las manos, incapaz de retenerlo, materializado en parejas, amigos o incluso la frágil línea del amor familiar. De ahí mi ceguera a querer conseguir lo imposible, un pez tropical que se escapa de mi jurisdicción de pesca de bajura, retos que creo en mi propia mente y que no me ayudan a nadar en la realidad.
Cegada por mi pez payaso, burlón una y otra vez, olvido a las sardinillas, que sin tanto colorido aportan sabiduría encerrada en su piel plateada. Olvido que ellas alimentan, aún sin ser tan vistosas, y que con los aperos adecuados se pueden pescar.

A veces nos obcecamos en un ideal, y es bueno ser luchador, desvelarte por un sueño, pero centrados en el futuro nos olvidamos del presente, y es ahí donde toca reflexionar.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta tu capacidad de creatividad, convirtiendo algo tan simple en algo maravilloso, y sobre todo tus metáforas que has utilizado.

Un saludo.

Mireia S. Quinteiro dijo...

Muchas gracias, a veces son simples ejemplos de la vida cotidiana los que te dan las claves para pensamientos más elevados.

Anónimo dijo...

no entiendo bien eso de la fragil linea del amor familiar¿es que no te sientes querida por tu familia?porque yo creo que es al reves ,el amor familiar es el unico que de verdad esta siempre ahi y desinteresadamente.