2.5.12

Mi jardín

He plantado un jardín en mi casa que se alimenta de amistad y una copita de vino tinto.

 

 (Santiago de Compostela, abril 2012)

Se riega con muchos años de amor, enriquecidos por buenos momentos, de risas, de barcos, de montaña, de playa, de cascadas, de pasteles, parrilladas y cumpleaños, de películas, de conciertos, de orquestas, de tiendas, de exámenes, de fotos, de estaciones de bus, de aeropuertos, de viajes, de despedidas y bienvenidas, de emociones, de lágrimas y confesiones.
 
Mi jardín contiene flores y plantas exóticas, cada cual con una cualidad especial, que han ido cultivando con el paso del tiempo. Algunas son tiernas como la infancia, otras coloridas, como la adolescencia y las que se han ido incorporando en los últimos años, hermanas, sabias y maestras.
 
Muchas veces me pongo a bailar entre sus ramas, ellas me acompañan, me recogen y mecen, y me dejo llevar, porque aunque el viento sople con fuerza, no me dejarán caer. Sus profundas raíces me sostienen, equilibran y miman, me mantienen enlazada al suelo, para no perder la perspectiva. Por eso agradezco que continúen acompañándome en el transcurrir de los años, frescas y alegres, allí donde haya un pequeño regalo de tierra para poder seguir preservando su esencia.

(A vosotras, a las que, cerca o lejos, siempre estáis, GRACIAS)





6.3.12

Cajas de luz

  
 (Imágenes de Jeff Wall, Vancouver, 1946)

Jeff, creador de instantes, congelador de momentos, virtuoso de la imagen y visionario de la composición. 
Microrrelatos que se pierden en la perspectiva, que recorren aristas y suavizan sentimientos, que sueltan una patada al aire y componen melodías angelicales.
Jeff, perforador de sueños, el que abre cicatrices y esparce sal mientras estimula sonrisas. 

La mirada perfecta… y cajas de luz.

 

24.2.12

Primavera árabe

Siria se desangra a la vista del mundo… y nosotros permanecemos en nuestra pequeña burbuja. El porcentaje de parados crece en España, la reforma laboral elimina privilegios a los trabajadores, las empresas quiebran… y nosotros continuamos al amparo de una manta.

 
 
Marie Colvin, Remy Ochlik, los últimos profesionales del periodismo muertos en conflictos armados. Luis Moreno  Mansilla, arquitecto madrileño creador del MUSAC, entre muchas otras obras de arte junto a Emilio Tuñón, su inseparable socio desde hacía diez años, muere tras dar una conferencia en Barcelona sobre otro gurú de la arquitectura española desaparecido prematuramente, Enric Miralles.






Parece que el invierno rasga corazones y aprieta a la tristeza, la muerte nos acecha como buitre sobre carroña, pero nosotros nos mantenemos unidos, al calor de nuestra pequeña pompa dorada.

20.12.11

Calor

Se escurren mis dedos en tu cabello, y
sonríen las comisuras de tu mirada.
Fuera, la nieve se deshace sobre las aceras.

El sol ahuyenta los últimos días de invierno.




19.9.11

Tus pasos






Tiempo huidizo que descose barreras
Hilos de viento que moldean mareas
Aguas en celo que arrancan sentimientos
Ya te puedo divisar, avanzas lentamente entre la niebla
Paso apurado, corazón acelerado
No hay segundo sin tu presencia
No  hay ausencia que no desprecie
Te sigo, atenta, pendiente de tus pasos sobre la arena


(Carnota 2011)

15.7.11

El crepúsculo

Llegan con el silencio de la noche
se escurren por las esquinas de las aceras,
por las alcantarillas, hasta llegar a las entrañas de la ciudad.

Se escapan por las comisuras de los labios,
pergeñadas en la rabia más interna,
producto de un mal momento
creado por los miedos a avanzar.


Salen como el filo de un cuchillo
sin temor a la sangre derramada
las lágrimas de agua salada
alcanzan ya la orilla del oceáno.


Te invito a esperar ebrios a la luna
y a bañarnos desnudos en el mar.




(Cedeira, junio 2011)

8.7.11

Indignados + cabreados

El pueblo ha hablado, y lo ha hecho en dos vertientes. Como siempre la España de las dos caras, de los dos bandos, de la separación. Sistemas de autogestión y pequeñas autarquías invaden las plazas de nuestras ciudades.  Microorganizaciones perfectamente estructuradas se desarrollan en la más absoluta neutralidad política y en defensa de los derechos sociales en la ciudadanía, tal y como debería ser y como se concibió la constitución, no sólo española, sino la de todos los sistemas democráticos del mundo.


 (Compostela, maio 2011)

Banderas que ondean delante de la calle Génova, un mapa teñido de azul, incluso en aquellas comunidades y villas salpicadas por la corrupción y el pillaje. Estamos ciegos, y manipulados, ya lo decía Jose Luis Sampedro, somos borregos delante de los medios de comunicación, alienados ante mensajes de líderes que no nos representan, que no quieren, que desean únicamente su beneficio personal y que practican el “tonto el último”. Ellos sí que son listos, se enriquecen a costa del trabajador honrado y encima salen reforzados por mayoría. Somos imbéciles de remate. Cada uno recibe lo que merece.

Algo huele a podrido en Dinamarca, afirmaba Hamlet, el héroe shakesperiano por excelencia, en un ambiente de hostilidades y envidias auspiciadas por la caza de poder y la ambición. Y algo tiene un olor inmundo en todas partes desde que comenzaron las revueltas populares en diversos puntos del planeta. 2011 marca un hito en la historia de los movimientos sociales. El 12 de marzo, la Generación ‘á rasca’ sale a la calle en Portugal impulsados por Deolinda. Mucho antes comenzaron las revueltas en los países árabes: Túnez, Marruecos, Libia… Hace tiempo que los ciudadanos islandeses hablaron en defensa de sus intereses, y los banqueros acabaron en prisión.

 
 (Compostela, maio 2011)

La falta de perspectivas para la juventud es sólo el germen de una protesta que va más allá. Muestra las dos caras de la democracia, y la de la sociedad civil está muy vacía. Sin trabajo, sin casa, sin futuro, sin ilusión, sin esperanza y sin representación. Y no sólo es un movimiento de menores de 35 años. Toda la sociedad está representada, porque  ya es hora de decir Basta ya, de que paguen siempre los mismos, y de que este país siga siendo una república bananera liderada por cuatro listos que permanecen impunes ante los atropellos a la sociedad. 

Se está demostrando que el movimiento 15M no ha muerto tras las elecciones, sigue más vivo que nunca y ahora es el momento de continuar apoyándolo. Porque lo mejor de todo ello es el pensar que sí podemos conseguirlo, y lo estamos haciendo. 


6.4.11

La marca del tiempo

Según publicaba hace un par de días El País, las tendencias en arquitectura pasan por concebir los edificios para que el paso del tiempo deje su impronta como parte del proyecto, y me vienen a la cabeza muchas analogías.

El conjunto de templos de Angkor Wat, al norte de Camboya, permaneció escondido y silenciado durante siglos, hasta que los colonos franceses, a finales del XIX, lo redescubrieron y decidieron dotarlo del valor que le correspondía como parte del patrimonio de un pueblo castigado por la pobreza y las guerras.  Pero para entonces, la selva se había apropiado de las edificaciones, crecido entre las piedras, adueñado de los templos y caminos, y precisamente eso es lo que hace peculiar la visita al complejo sagrado.



 (Camboya 2010)


Sin embargo, lejos del esnobismo de la arquitectura moderna, del paso del tiempo no hay quien nos libre. Las arrugas en las manos ancianas, las canas en los cabellos, lo marchito en las flores, las grietas en la pintura de carrocerías y fachadas, el moho en lo caduco, son evidencias de lo evidente. El musgo y el verdín que se puedan apropiar de las paredes de nuestro cuerpo no serán sino el reflejo de la experiencia que nos hace mirar el mundo desde la calma de la madurez. ¿Por qué sino son de color esperanza?

1.4.11

La luz de la mañana










La mañana llega bañada en besos. Caricias que vuelan entre sábanas blancas tejidas con promesas de un futuro alentador. Olor a café y tostadas mientras los primeros rayos de sol se cuelan por la ventana. Es así, será así, siempre lo ha sido. Amor plasmado en un lienzo con textura de miradas. Esquivas ellas, salvadoras, rellenas de sentimientos escondidos, siempre tú. 


(Isla de Egina, Grecia)

8.2.11

La paz tras la tormenta



 (Embalse Eume, 2010)

De repente un torbellino encendido asciende desbocado, sin pausa. No hay paredes ni muros, no hay límites físicos que detengan su fuerza, se alimenta de las pasiones humanas y crece desmesuradamente. Asciende sin cesar hacia el infinito extendiendo sus brazos, rozando el éxtasis, en un acto sublime de maestría natural. Los cielos se abren para recibirlo y desaparece entre cúmulos de nube. Después llega la calma, y la paz se acomoda en el valle.