Que toda la furia y rabia que
habita en mi interior salga como una explosión de confeti y cantos de pájaro, y
que las palabras mal sonantes se transformen en mariposas en las comisuras de los
labios. Mis labios, tan rojos, que sean capaces de alcanzar los tuyos, tan
carnosos, y así juntos formar sólo mensajes de amor.
(Roy Lichtenstein, Kiss V, 1964)